Nadie es más bondadosa que yo
me entrego con la generosidad de una presa fácil
a la precisión de un cazador hermoso
y se me viene a la cabeza el Padre Hurtado
y su dar hasta que duela
hasta el punto de querer tomar una camioneta verde
e ir a buscar al cazador en dónde sea que se encuentre
para abrigarlo con mis piernas
y darle toda mi agua
hasta quedar seca
pero contenta
señor
contenta
1 comentario:
Me gustó mucho este texto. Revisé muchos, me encantó tu poesía.
Saludos
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